CONSTRUYENDO CIUDADANÍA PARA UNA CONVIVENCIA ARMONIOSA

SOLUCIÓN DE CONFLICTOS “NO PODEMOS RESOLVER PROBLEMAS USANDO EL MISMO TIPO DE PENSAMIENTO QUE USAMOS CUANDO LO CREAMOS” (ALBERT EINSTEIN) SÍ, al actuar con violencia e intentar hacer explotar nuestras emociones, las consecuencias serán graves, pues no solo perjudicarán nuestra personalidad, sino también a la sociedad de la que formamos parte. Los errores una vez cometidos, son irreparables; de ahí la importancia de ser razonables y mesurados. La gran parte de los conflictos que suceden en los diversos ámbitos de la sociedad – familia, colegio, trabajo - se producen por la incapacidad de aceptarlos como tal y de buscar los medios adecuados para mejorar; por tanto, la ética y la moral se vuelven vulnerables hoy en día. Existen diversos motivos que ocasionan conflagraciones entre personas o entre una nación con otra; mayormente es por falta de tolerancia, por los deseos de poder o porque simplemente no saben el valor del respeto: “quien se respeta así mismo, también podrá respetar al resto”. Además del respeto, se necesita prudencia, tino, ecuanimidad, los cuales permiten sostener la calma en situaciones adversas e intensas; los impulsos frente a las emociones de ira, tristeza, impotencia no son los mejores aliados para sostener una buena comunicación; hay momentos en que se debe hablar, pero hay otros en donde es necesario callar, pues el silencio no es sinónimo de dejadez, fragilidad o timidez, sino de sabiduría y madurez. No debemos perder nuestro eje cuando los demás estén ofuscados, pues si nos dejamos envolver por la euforia del momento, las reacciones serán negativas, lamentables y los equívocos innumerables. El valor de la amistad, de la vida y de la familia son tan importantes como para perder tiempo en discusiones vanas y anodinas que lo único que haces es desestabilizar el bienestar y a la armonía al que todo ser humano está llamado a tener; el camino definitivamente no es fácil; pues justamente las pruebas y obstáculos sobrevienen para ir midiendo tu sensatez, tu fortaleza; en otras palabras, tu comportamiento. Finalmente, es importante destacar que la solución de todo conflicto está en el poder del autoconocimiento con el que debe contar todo ser humano; eso significa saber sus fortalezas y cualidades, pero más aún sus defectos y debilidades, los mismos que le ayudarán a poner límites cuando se enfrente a situaciones de riesgo. Sin embargo, el hombre no es perfecto, habrá momentos en que se equivocará – y cuando eso suceda – el mejor camino es la reflexión para no volver a cometer el mismo error y para saber pedir las disculpas del caso. “El camino a la humanización es el saber perdonar y pedir perdón; en cambio la violencia, el rencor y la indiferencia, solo nos conduce a la bestialización del género humano”.                                                   SAMUEL ANTONIO JIMÉNEZ LÓPEZ. 4° “A”.